Las flores: mis amigas de siempre
Al escribir poesía la imaginación me habita... y aparecen las palabras que tienen la musicalidad de mis mundos interiores, y entonces siento que no existe para mí, poesía sin el ritmo personal que me particulariza... Todos tienen un ritmo interior ¿lo sabías?...
En lúdico viaje
Como gata perezosa hoy amanecí
Resbalo por el tiempo voluptuosa espiritual
Me deslizo en los minutos
los segundos o quizás la eternidad
No los aprisiono con esa manía de exprimir
sólo me abandono
me dejo ir ...
Fluyo con la música en danza singular
mi cerebro
mi espina
y mi piel
se estremecen en inasible frenesí
como si viajara por la eternidad...
Resbalo por el tiempo
con las rosas punzó y plenitud
con los tonos de astromelias
y las blancas gypsofilas
lluvia diminuta de mi niñez
¡Cómo se exhiben las flores ante mí!
Seguras de sí mismas
plenas en su eternidad
fluyen en el viento en lúdico vaivén
ríen en el tiempo en ovalado frenesí
como si me esperaran antes de cruzar la línea luz
En melodioso movimiento
resbalo por el tiempo
como gata retozona
como su elástico brinco
o acaso
como el run-rún de su reposo
El sol mimoso
acaricia
la enroscada bellota de mi piel
que yace en el abrazo del cómodo sofá
Es un instante de azucena plenitud
Al ritmo musical de un viaje astral
blanco-púrpura sin fin
me deslizo con las flores en armonía sin igual
No importa de donde vengo
ni para donde voy
sólo resbalo por el tiempo
me dejo ir...
Como gata perezosa
hoy amanecí...
Y cuando terminé de escribir este poema -hace muchos años ya- me di cuenta que tenía un hermoso arreglo de rosas, astromelias y gypsofilas en el corazón...
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