jueves, mayo 18, 2006

¿Acaso los sueños nos hablan?

Los sueños, esas construcciones oníricas que se suceden mientras dormimos me han atraído poderosamente, porque siento que esos pequeños fragmentos/cubiertos de polvo/color y misterio -como lo expreso en mi poema Soles lejanos que reproduzco al final de estas palabras- guardan claves de nuestra existencia que podrían ayudar a comprender nuestra misión en la tierra.

Los sueños han aguijoneado mi curiosidad desde hace muchos años por esos juegos de luces y sombras que muestran y ocultan lo más recóndito de nuestro ser. Lo hacen a la manera de un espectáculo del deseo, que precisamente por lo cifrado exacerban a seguir escudriñando, como si la información que guardan hiciera la diferencia entre la vida y la muerte.

La necesidad de comprender mis sueños, me hicieron entrar en la ciudad de los símbolos, lo cual significa entrar en la polisemia. Ningún símbolo es unívoco. No sólo las culturas les dan dferentes significados sino que incluso los individuos asignamos diferentes sentidos a un mismo símbolo según las vivencias experimentadas.

Es claro que el lenguaje de los símbolos no es nada sencillo como se desprende de las palabras de Erich Frommm, en su libro El lenguaje olvidado. Él afirma que el lenguaje de los símbolos es un lenguaje que tiene su propia gramática y su propia sintaxis. El conocimiento de los símbolos nos permitiría interpretar los sueños, pero el asunto no es tan fácil. Al menos los sentidos de mis sueños pese a todos los esfuerzos realizados no siempre se me muestran, quizás porque tienen una lógica distinta una lógica en la que no son el tiempo y el espacio las categorías dominantes, sino la intensidad y la asociación (Fromm, 1971). Quizás, la intensidad de los sentimientos y las sensaciones que despiertan en uno, así como las relaciones que podamos establecer entre lo soñado y nuestra realidad, sean la clave para entender los mensajes que encierran nuestros sueños.


El tiempo cronológico y el espacio geográfico de nuestra cotidianidad no importan en nuestros sueños. Tan pronto interactuamos con personas hace mucho fallecidas en una ciudad harto familiar que tiene rostros que no le corresponden. Habitamos el hoy, el mañana y el ayer simultáneamente. Quizás el tiempo y el espacio de los sueños esté construido con la misma substancia espiritual que nos habita.


Fromm nos dice que antes los hombres leían fácilmente sus sueños, pero luego olvidaron el lenguaje de los símbolos. Tal afirmación parece estar confirmada por los Senoi, una tribu que ha construido su interacción con base en la lectura de los sueños y que han sido capaces de manejarlos de manera creativa para el bienestar de sus miembros tanto individual como colectivamente. Así pues la lectura de los sueños parece ser fácil para algunos...


Mi interés por los sueños se manifiesta en algunos de mis poemas y cuentos. Concretamente hay un poema construido alrededor de la palabra sueños que tienen connotaciones que trascienden lo onírico y que hoy creo pertinente compartir.




SOLES LEJANOS




Soñando los sueños soñé
mi cuerpo dormido entre sábanas blancas

aromas felices
y una flor bordada con hilos de piel

Añoranza y sol
puro amanecer

Se huelen narcisos.




Soñé y soñaba
tal vez soñé

pequeños fragmentos

cubiertos de polvo
color y misterio

que guardan acaso

el enigma blanco
el enigma negro

de tu alma y la mía

Eso
sí lo sé.




Un pensamiento un sueño

y los sueños son

fantasmas de pieles rugosas

que crispan el alma
en mitad de la noche

sus pasos resuenan

y e l grito empañado recubre de vaho
los vidrios del cuarto

Una vieja araña dibuja el alma
en tintilla negra y sutil pincel

gotea la vida

una mancha roja

¡siéntela partir!



Pensando los sueños soñé

la luz caprichosa que acaricia un árbol
se mueve la brisa de verde lozano
sus hojas golpean las puertas del alma

Amores y pan

que se saborean a la luz del sol
se goza del vino

se estremece el ser...



Un sueño un pensamiento

y los sueños son

cuerpos transparentes

algo incomprensibles
queriendo ser tangibles
como las siluetas de hombres y mujeres
niños y fantasmas

que andaron descalzos por la arena blanca
sus huellas impresas a profundidad

¡mira cuántos pies!



Soñé soñaba

tal vez soñé
que los sueños son

delfinios morados
azules
o tal vez violetas

y que al llamarse sueños
se hacen aún más bellos.



El tornasol de soles

se extiende
hasta el infinito

¿lo ves?