viernes, junio 08, 2007

La visita de Manuel

Mi hijo Manuel llega y yo estoy cosiendo un mantel blanco como una luna llena. No es del color de la azucena. Es como nácar brillante y dalias en contrastes dormidos. Sólo he dado unas pocas puntadas y ya Manuel se ha ido... Su visita ha sido tan breve que siento como si la hubiera soñado.

Sigo cosiendo el mantel y preguntándome porqué
aún escribo si mis textos fueron quemados en la hoguera de olvido; artificios sociales para manipular lo creado. Cierto que escribo muy de tanto en cuanto en algunos espacios vacíos, pero aún escribo a pesar de todo.

No escribo, como en algún tiempo, por sueños de famas o vitoreos vanos. Escribo, porque me gusta escribir en la arena blanca, cerca de la playa callada, para que vengan las olas risueñas y se lleven mis palabras aún vivas.

Estaba cosiendo un mantel redondo como una luna llena pero me envolvió el Silencio y cayeron las dalias de la tela nácar sobre las olas risueñas como si fuera el ensueño de una una sonrisa insinuada...

Ahora, sola estoy con el imaginario ángel azul que siempre me acompaña...
¿Acaso vino Manuel mientras cosía el mantel?