La noche
Hace siete años cuando escribí este poema, que hoy reproduzco, escribía con la esperanza de encontrar reconocimiento a través de la palabra. Hoy escribo o reescribo exclusivamente como una forma de crecimiento espiritual. Tan sólo quiero lanzar mis voces al viento, pues aunque nadie las lea, sé que quedarán inscritas en el universo así como queda impreso cada acto humano. No los actos enunciados al mundo por los hombres en busca de beneficios, sino los que realmente se realizaron.
El reencuentro con este poema, significó una nueva interacción con la palabra, pero lo esencial quedó tal como lo concibí esa noche, que no fue la "noche de las noches" mencionada por Borges... Fue una simple noche.
Noche de lluvias
Era una lluvia menuda
¡Quién lo creyera!
tenía la fuerza de una tristeza indomable
Traía a mi cuerpo
el aroma de nardos
y la frialdad olvidada
ya casi perdida
en los meandros de mi alma
en los abismos humanos
Era una lluvia menuda
que caía
a cántaros diminutos...
Llovía
como si fuera el final del mundo
pero
era una lluvia menuda
que traía a mi mente
los versos de Heine
sus estalactitas de hielo
sus encajes de bruma
sus rumores de brujas y mariposas heridas...
Se escuchaba el llanto de mi alma
que se hundía en la tierra
como una flecha de rayos.
Era una lluvia
con rumores de piedra
que rompía
los cristales del Alma Infinita
y me enfrentaba
a un desierto de furias y volcanes dormidos
a dinosaurios de piedra y lenguajes dorados
Símbolos sí
címbalos no
y el mensaje se abre...
Era una lluvia de nardos
sobre una almohada de plumas en el silencio de hiedras...
Y viajé con Morfeo
y deambulé con mis muertos
y viajé con Virgilio
por nueve milenios de círculos interminables...
Era una lluvia menuda
con aromas lejanos y voces heridas
que me impedía gozar de un sueño mullido
pero
ya estaba dormida...
Mas
llegó el Silencio transparente
de ángeles y arcángeles
que retornaban al mundo al nacer el nuevo milenio...
Aleluya, aleluya
de ángeles y arcángeles
que retornaban al mundo al nacer el nuevo milenio...
Aleluya, aleluya
por fin hay paz en mi alma
y mi cuerpo reposa
con la placidez de una niña en las sábanas blancas...
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