Recorriendo Babel
Los hombres, a través de la Historia, hemos hecho evidente, de muchas maneras, la obsesión de tener un poder que alcance a las estrellas. También, hemos hecho evidentes las dificultades para comunicarnos auténticamente. Tales condiciones humanas las podemos observar, por ejemplo, en la narración bíblica de la Torre de Babel, en la cual se narra la osadía de un grupo de hombres que quisieron construir una torre tan alta que tocara el cielo con su cúspide. Osadía que pagaron cuando Dios intervino y perdieron la lengua común que los unía, perdiendo así la posibilidad de crear proyectos conjuntos. Como resultado de su soberbia los hombres quedaron finalmente confusos y dispersos, dispersos y confusos como siempre que transgreden los límites...
Esta narración simbólica que nos señala tanto la incapacidad del hombre de comunicarse auténticamente entre sí, como su eterna soberbia de querer alcanzar el poderío divino, hoy, se magnifica exponencialmente no sólo por todas las tecnologías comunicativas de que disponemos sino también por toda la reflexión que se ha ido construyendo en torno al ser humano desde las más variadas disciplinas. Muchas teorías, muchas tecnologías y habría que preguntarse hasta qué punto han contribuido a que los seres humanos nos encontremos a través de las palabras, hasta qué punto un TÚ, un YO, un NOSOTROS nos unimos en un diálogo sin barreras. Es como si cuantos más elementos tuvieramos para interactuar mejor, paradójicamente se fueran creando más barreras por el egoismo que habita en el corazón humano.
Quizás más que nunca, se necesita hoy, de un Lenguaje Común de la Humanidad que en la diversidad de las culturas y lenguas se levante majestuoso sobre las diferencias, dejando de lado intereses mezquinos para que la Tierra, de manera cierta y efectiva, sea una casa para todos. Hasta el momento sólo ha sido la casa de unos pocos... Hay mucha confusión y dispersión entre los hombres, quizás más que nunca antes. ¿Será que nuevamente hemos transgredido los límites demarcados por Dios? ¿Será que nuevamente vamos a perecer?...
Perecer, casa de todos, mejor me sumejo en la ficción... ¿Cuándo la tierra será la casa de todos? ¿Cuándo la tierra será la casa de todos?¿Cuándo la tierra será la casa de todos?. Perecer, casa de todos, mejor me sumerjo en la ficción...
Torre de Babel... qué encanto tiene Babel que tanto se repite en la ficción. Nos invita a un viaje en La Biblioteca de Babel de Borges y allí, como de pasada se alcanza a escuchar: Nadie puede articular una sílaba que no esté llena de ternuras y temores, que no sea en alguno de esos lenguajes el nombre poderoso de un dios. ¿Me pregunto cuántos lenguajes tiene el hombre?¿Me pregunto cuántos dioses tiene el hombre?
Torre de Babel... qué encanto tiene Babel que tanto se repite en la ficción. Nos acerca a Cristina Peri Rossi para acompañarla en su canto -¿nos es acaso un poema una forma de canto?- Ya lo dijeron antes otros hombres que se inquietaron por la poesía.
Los hijos de Babel
Dios está dormido
y en sueños balbucea.
Somos las palabras de ese Dios
confuso
que en eterna soledad
habla para sí mismo.
Soledad, palabras, Dios dormido... ¿No será que los dormidos somos los hombres y que por eso no encontramos a Dios y lo percibimos dormido o encerrado en sí mismo?...
Torre de Babel... qué encanto tiene Babel que tanto se repite en la ficción. Babel simplemente Babel nos introduce en el mundo de soledades interconectadas de González Iñartu. Estupenda película, aunque yo simplemente prefiera su película 21 gramos, quizás por aquello de que el alma, a la hora de la muerte, tan sólo pesa los 21 gramos que pesa un colibrí.
Torre de Babel... qué encanto tiene Babel que tanto se repite en la ficción. Babel simplemente Babel nos introduce en el mundo de soledades interconectadas de González Iñartu. Estupenda película, aunque yo simplemente prefiera su película 21 gramos, quizás por aquello de que el alma, a la hora de la muerte, tan sólo pesa los 21 gramos que pesa un colibrí.
posted by Mercedes at 3:07 p. m.
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